top of page

Un refugio para cuidarse y compartir

En un mundo que nos exige constantemente estar disponibles para los demás, hacer una pausa para cuidarnos puede sentirse casi como un acto revolucionario. Por eso, este retiro no fue simplemente una actividad más, sino un espacio creado con intención: brindar a personas con cargas familiares la oportunidad de detenerse, respirar y reconectar consigo mismas.


El retiro tuvo lugar en un entorno tranquilo, rodeado de naturaleza, donde cada detalle estaba pensado para invitar a las asistentes a relajarse y sentirse cómodas. Desde el momento en que llegaron, las emociones eran palpables. La mayoría compartían un sentimiento común: agotamiento. Palabras como "desbordada", "culpa" o "desconexión" se repetían al describir cómo se sentían al inicio.


A lo largo del fin de semana, trabajamos desde el corazón. Creamos un espacio seguro para compartir, reflexionar y explorar herramientas prácticas que nos ayuden a enfrentarnos al día a día con más calma y claridad. Pero, sobre todo, nos permitimos sentir. Hubo risas, hubo lágrimas, y hubo una conexión profunda que trascendió las actividades programadas.


Al llegar al final del retiro, el cambio era evidente. Las palabras que describieron cómo se sentían ahora eran "ligereza", "esperanza" y "fuerza". Lo que empezó siendo un grupo de personas agotadas se transformó en una pequeña comunidad de apoyo, un recordatorio de que no estamos solas y de que cuidarnos no solo es posible, sino imprescindible.


La reflexión que nos llevamos

En este retiro quedó claro que el autocuidado no es un lujo ni un acto de egoísmo. Es una necesidad básica que, paradójicamente, solemos relegar a último lugar. Sin embargo, cuando nos permitimos priorizarnos, algo maravilloso ocurre: nuestra energía se renueva, nuestra perspectiva se amplía y nuestros vínculos con los demás se fortalecen.


El reto, por supuesto, es llevar lo aprendido a nuestro día a día. Porque la vida seguirá presentando desafíos, y el cuidado de otros seguirá siendo una realidad para muchas de nosotras. Pero ahora sabemos que no podemos dar lo que no tenemos. Que cuidarnos no solo es el mejor regalo que podemos ofrecer a quienes amamos, sino, ante todo, nuestro derecho.


Este fin de semana fue un refugio, un respiro y, sobre todo, un recordatorio: merecemos cuidarnos, porque lo valemos y porque lo necesitamos.


 
 
 

Comments


Publicaciones recientes
Archivo
Búsqueda por etiquetas
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page