top of page

Semana 8M. Querida Sofía del futuro

Querida Sofía del futuro,

Espero que al leer esto estés en un mundo donde la igualdad no sea un sueño, sino una realidad. Donde las niñas y los niños crecen sabiendo que pueden ser lo que quieran, sin etiquetas, sin barreras, sin que nadie les diga qué pueden o no pueden hacer solo por haber nacido de una manera u otra.

Cuando era muy pequeña, vi a mamá enfrentarse sola a demasiadas cosas. Vi cómo tuvo que ser fuerte cuando papá murió y cómo, a pesar de todo, nunca dejó de buscar la manera de que estuviéramos bien. Nos mudamos a un sitio donde la vida era más fácil, donde la gente se ayudaba. Allí entendí que nadie debería estar sola en esto, que criar, trabajar y soñar no tendrían que ser una carrera de obstáculos solo para algunas.

Desde entonces, Ludo y yo hemos hablado mucho sobre lo que significa la igualdad. Él también sabe que no es solo cosa de chicas, que el mundo es mejor cuando caminamos juntas y juntos.

Así que dime, Sofía del futuro: ¿lo conseguimos? ¿Las niñas ya no tienen miedo de alzar la voz? ¿Las madres ya no tienen que elegir entre cuidar y soñar? ¿Los chicos como Ludo ya saben que la igualdad no es una lucha ajena, sino algo suyo también?

Si la respuesta es sí, sonríe. Porque significa que todo el esfuerzo de tantas personas dio fruto. Y si la respuesta es no... pues sigue luchando. Porque nosotras, aquí en el pasado, no pensamos rendirnos.

Con cariño,

Sofía




Querida Sofía del pasado,

Te leo desde un mundo que no es perfecto, pero que es mejor que el que conociste. Y sí, sonrío.

Las cosas no cambiaron de la noche a la mañana. No hubo un día exacto en el que todo se resolviera, pero cada paso, cada voz alzada, cada conversación incómoda, cada acto de valentía fue sumando. No fue fácil, pero sí posible.

Hoy las niñas crecen sabiendo que pueden ser lo que quieran. Aún hay quienes intentan ponerles barreras, pero ahora ellas tienen herramientas y redes que antes no existían. Ya no se sienten solas. Las madres siguen luchando por conciliar, pero ahora cuentan con más apoyos, porque cada vez más personas entienden que criar es una responsabilidad compartida, no una carga individual.

Y Ludo… Ludo y tantos otros aprendieron que la igualdad no es una lucha ajena. No todos lo entendieron a la vez, pero cada generación sumó algo, y gracias a eso, hoy estamos más cerca de esa utopía de la que hablábamos. No llegamos al final del camino, pero ahora caminamos con menos peso, con más compañía y con la certeza de que vale la pena seguir avanzando.

Así que gracias, Sofía del pasado, por no rendirte. Gracias por creer que un mundo mejor era posible, aunque supieras que no lo verías terminado. Porque así es como realmente cambian las cosas: con quienes imaginan lo imposible y trabajan cada día para acercarse un poco más.

Con cariño,

Sofía




 
 
 

Comments


Publicaciones recientes
Archivo
Búsqueda por etiquetas
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page