Mamá, ¿yo también puedo ser astronauta?
- Elena Soldado Llamas
- 5 mar
- 2 Min. de lectura
La madre de Sofía sonrió con ternura.
—¡Claro que sí, Sofía! Hay mujeres que han ido al espacio, que diseñan cohetes y que descubren nuevos planetas. Si es lo que te apasiona, adelante.
Sofía abrió mucho los ojos.
—¡Qué guay! ¿Y en España hay alguna?
-Si. Sara García ha sido seleccionada como astronauta por la Agencia Espacial Europea, y Samantha Cristoforetti, de Italia, incluso ha comandado la Estación Espacial Internacional.
Sofía se emocionó, pero luego frunció el ceño, pensativa.
—En mi clase casi todos los niños dicen que quieren ser futbolistas o pilotos o físicos, pero casi ninguna niña dice cosas de ciencia.
Su madre respondió:
—Eso pasó porque, durante mucho tiempo, se pensó que las niñas no eran buenas en matemáticas o tecnología. Aunque no era cierto, muchos crecieron sin imaginarse en esos trabajos. Y todavía hoy, en España, solo el 5,5% de las mujeres trabajan en ciencia y tecnología, mientras que los hombres son el 13%.
Sofía hizo una mueca.
—Pues vaya rollo.
—Sí, pero cada vez hay más niñas como tú, que se hacen preguntas y no se dejan frenar. Y más mujeres que abren camino para que las que vengan después lo tengan más fácil.
Sofía apoyó la barbilla en la mano.
—Entonces… No es que sea imposible, es que hay que intentarlo con más ganas, ¿no?
—Exacto. Se trata de prepararse, buscar apoyo y no rendirse. No siempre será fácil, pero si es lo que te gusta, vale la pena intentarlo.
Sofía suena con determinación.
—Vale, entonces… ¿me ayudas a buscar un curso de astronomía?
Su madre río.
—¡Por supuesto! Pero después de cenar, que hasta las astronautas necesitan comer bien.

Comments